Manuel Belgrano estaba convencido de que el único camino seguro para alcanzar el progreso era el impulso de la educación, y de que solo las personas educadas podían intervenir activamente en la vida de a comunidad y hacer valer sus derechos. Belgrano es el gran precursor de la educación y de la escuela pública y gratuita. Ejerciendo el cargo de Secretario del Consulado, fundó escuelas, academias de dibujo, de matemáticas, de comercio, de artes y oficios. También se ocupó de la educación de las mujeres, una actitud de avanzada en una época en la que el tema no merecía la atención de casi nadie. Así, propuso la educación de las niñas en escuelas gratuitas, en las que se les enseñara a leer y escribir. Además, estaba convencido de que había que enseñarles algunas manualidades, como bordar y coser, que les permitieran ganarse la vida de forma provechosa.
Una muestra de la importancia que le da a la educación es esta historia: Luego de la Revolución de Mayo, Belgrano recibe un cheque de 40.000 pesos por sus campañas de Tucumán y Salta, y los dona para hacer cuatro escuelas. Él se guarda el derecho de hacer su reglamento, revolucionario para la época, donde destaca el rol del docente: “el maestro, en todos los actos públicos o patrios, tiene que estar al lado de la máxima autoridad y se lo debe de considerar un Padre de la Patria porque es el que enseña, es el que transmite los valores a los futuros ciudadanos que serán futuros gobernantes.."